La provincia de Bolonia: un pentagrama de oportunidades
Vacaciones al son de la música: la provincia de Bolonia en casa rural
Este itinerario pretende ser un obligado y sincero homenaje a una región de incomparable belleza, sacudida recientemente por el terremoto, pero sobre todo, un modo para difundir un mensaje importante: es fundamental comprender las dimensiones reales del fenómeno del terremoto, entender que existen decenas de localidades en Emilia Romagna a las que no les ha afectado el terremoto y que el mejor modo para ayudar a la población afectada es favorecer la economía siguiendo visitando estos lugares, y yendo de vacaciones y disfrutando de las bellezas de los mismos.
Cancelar las reservas y cambiar de destino para las vacaciones significaría agravar el problema creando enormes daños económicos a una región en la que, repetimos, decenas de localidades no han sido afectadas por el terremoto.
Emilia Romagna, tierra generosa por naturaleza, le espera con los brazos abiertos.
Pensemos en Bolonia e imaginemos Piazza Maggiore, San Petronio y la fuente de Neptuno, ¿es para usted un axioma? Bueno, olvídese de la Bolonia clásica y déjese transportar por las siete notas en un viaje que le hará descubrir una provincia inédita y siempre… musical.
Además del sonido melodioso de la naturaleza, una estancia en una casa rural en la provincia de Bolonia, le permitirá escuchar los ecos lejanos de músicas del pasado, pero también espectaculares notas contemporáneas.
Quizá no todos saben que Bolonia ha sido elegida por la Unesco “Ciudad creativa de la Música” y, en efecto, antiquísimo e indisoluble es el vínculo entre la ciudad y una de las artes más nobles. No es una casualidad que Bolonia fuera el lugar donde nació Guglielmo Marconi, inventor de la radio, y donde surgió la primera radio libre en 1974, precisamente, dentro de sus murallas.
Lo mejor para iniciar nuestra visita es Palazzo Carrati, donde tiene su sede la “Accademia Filarmonica”, que cuenta entre sus nombres más importantes a personajes del calibre de Mozart, Farinelli y Rossini. Y, precisamente, como homenaje al gran artista pesarese, le aconsejamos efectuar una parada en Casa Rossini, donde el genio vivió durante casi veinte años. En la fachada aparece escrito en latín: “No es el dueño el que tiene que sentirse orgulloso de la casa, sino la casa del dueño”.
Y ahora una visita a Via Cesare Battisti 7/B, donde desde 1972 toca la banda amateur más antigua del mundo, la Doctor Dixie Jazz Band, con la que han tocado artistas como Pupi Avati y Lucio Dalla.
Otro lugar, y templo de la música: en efecto, en Via Paolo Fabbri 43 vivió, el gran Francesco Guccini, uno de los padres fundadores de la canción de autor italiana. A esta calle Guccini dedicó, en 1976, un álbum que tuvo un gran éxito y que hizo esta residencia destino de peregrinación de centenares de fieles admiradores.
La melodía sigue en el interior de la Iglesia de Santa Cristina, sede de música y canto gregoriano, cuyo coro debe su fama a una especial configuración arquitectónica que aporta al lugar una acústica extraordinaria. Aproveche la ocasión también para admirar los frescos de los Carracci y las esculturas de Guido Reni.
Si desea hacer un rápido viaje al pasado, vaya al Museo Internazionale della Musica, que alberga valiosas partituras firmadas, objetos de Vivaldi, Rossini y Respighi, además de incalculables y antiguos instrumentos musicales.
En nuestro viaje siguiendo las siete notas continuamos explorando la provincia de Bolonia, precisamente esta vez en Sasso Marconi, pintoresco pueblecito que alberga la soberbia y elegante “Villa La Quiete”: envuelta por el manto verde de las colinas, esta antigua residencia del siglo dieciocho fue habitada por la cantante Etelka Gardini Gerster, que la transformó en escuela de canto para chicas adolescentes que deseaban emprender la carrera lírica.
Ahora alejémonos algunos kilómetros para asistir a un fenómeno natural muy sugestivo; en Pianoro, una música distinta es la que se oye cuando grandes grupos de hormigas aladas, cada año, el 8 de septiembre, se dirigen hacia el Monte de las hormigas, lugar elegido para morir. El monte toma el nombre precisamente de este curioso evento, que se pierde en la noche de los tiempos, tanto que el antiquísimo santuario mariano de Santa María de Zena que surge en los alrededores, en otra época estuvo dedicado a la Virgen de la hormigas.
Seguimos con la música en Castel San Pietro Terme, cuyo símbolo, el Cassero, que se remonta al año 1199, alberga un teatro sede de interesantes conciertos y espectáculos muy variados para satisfacer los gustos artísticos de un público muy heterogéneo.
Suele pasar que un evento no queda valorizado lo suficiente por un marco adecuado: no es éste el caso de Zola Predosa, a unos pocos kilómetros de la capital, donde podemos visitar el “Centro Culturale e Museo d'arte Moderna e Contemporanea Ca' La Ghironda””. Se trata de una ala del museo que, además de albergar una colección de arte moderno y contemporáneo de escultura y pintura, está enriquecida con un magnífico teatro al aire libre, acentuado por un área verde que ocupa una extensión de unas diez hectáreas. Un verdadero y auténtico centro polivalente, que crea un efecto de espectáculo en el espectáculo, en un juego de cajas chinas que recuerdan formas distintas de belleza.
Por último, una nota de enología y gastronomía: en el pequeño pueblo de Castello de Serravalle fue edificado un “Ecomuseo della collina e del vino”, un homenaje obligado al vínculo ancestral que une al hombre con el medio ambiente y la economía local.
El itinerario en la provincia de Bolonia que acabamos de describir es también una ruta que va más allá de las notas, porque la música, como pocas otras cosas en el mundo, es capaz de crear una experiencia sensorial, haciendo entrar en nuestro interior un segmento de universo que deja una huella profunda e indeleble.
¿Sabía que…?
Cualquier día es perfecto para visitar la extraordinaria belleza de la Basílica de San Petronio, en Bolonia. Pero si está soltero o su corazón ha sufrido últimamente, algunos días del año son más propicios que otros. En efecto, en algunas fechas, después de haber atravesado la meridiana construida en 1655, el sol forma con las capillas y las columnas de la iglesia una forma original de corazón. Cuenta la leyenda que, quien tiene la suerte de presenciar este fenómeno se casará ese mismo año.
Quizá, ¡precisamente en la Basílica de San Petronio!