Arte, tradiciones e historia a los pies del Gran Sasso
En una casa rural, para descubrir toda la belleza de la provincia de Teramo
Grandes extensiones verdes que discurren rápidamente, nubes que parecen perseguirse unas a otras, y el asfalto que queda atrapado en pocos segundos cuando, sin darnos cuenta, todo se vuelve oscuro. Unos diez kilómetros en el vientre de una montaña y, de repente, de nuevo la luz y la majestuosa imponencia del Macizo del Gran Sasso que queda detrás de nosotros.
Recorrer el túnel del Gran Sasso es una experiencia fascinante, pero un poco sobrecogedora. Una suerte de desafío entre el hombre y la naturaleza, para pasar por esta parte de Abruzzo que atraviesa los Apeninos, pasando por el Aquila y Teramo.
Y es precisamente en Teramo donde empieza nuestro itinerario, para descubrir un territorio poco explorado por los tradicionales circuitos turísticos y, por tanto, especialmente seductor.
Esta elegante ciudad nos recibe con estilo en la bonita Piazza Orsini (Plaza Orsini), enmarcada por una serie de monumentos de gran valor: el Palazzo Civico (Palacio Cívico), la Cattedrale di Santa Maria Assunta (la Catedral de la Asunción), cuyo volumen queda aligerado por el alto campanario, los señoriales pórticos del Palazzo Vescovile (Palacio Obispal) y la característica Fontana dei Due Leoni (Fuente de los Dos Leones).
De gran impacto visual, además de tener gran valor histórico y artístico, es el Castello Della Monica (Castillo de la Monica), reconstrucción del siglo diecinueve de un edificio medieval.
La provincia de Teramo es como una bandeja llena de exquisiteces, comenzando por Silvi, una pequeña localidad de playa, definida la “Perla dell’Adriatico” (Perla del Adriático) por sus encantadoras playas de arena plateada y el mar limpio que deja entrever su profundidad. Si está pasando sus vacaciones en Silvi en el mes de julio, no puede perderse la muestra “i mestieri di una volta” (Antiguos oficios) con ocasión de la cual, las calles de la localidad adquirirán un aspecto típico de otras épocas y se llenarán de figuras, trajes y desfiles de otros tiempos.
Otra conocida localidad de playa es también Pineto, cuyo nombre deriva de la verde pinada que se encuentra junto al mar y que fue plantada a principios del siglo veinte por la familia Filiani di Atri. Sus playas, que han recibido la Bandera Azul y la maravillosa Torre di Cerrano (Torre de Cerrano), una de las mansiones mejor conservadas de la costa abruzzesa, que actualmente es la sede de un centro de biología marina, hacen de ella una importante atracción turística.
A poca distancia surge el característico pueblecito de Colonnella, elogiado también por Ennio Flaiano, dominado por la imponente Torre dell’Orologio (Torre del Reloj), que, junto a la Chiesa dei Santi Cipriano e Giustina (Iglesia de los Santos Ciprián y Justina), son dignas de postal. Pero tampoco tiene nada que envidiar la larga escalinata del siglo XX que comunica la via Roma con Piazza del Popolo y que otorga al perfil de Colonnella volumen y movimiento.
A solo siete kilómetros se encuentra la localidad de Controguerra, conocida por sus viñedos y por la famosa producción de vino; la estructura medieval del pueblo se extiende alrededor del Castillo de siglo XII, del que se puede ver un torreón, mientras en el interior del Palazzo Comunale (Ayuntamiento) se conservan interesantes hallazgos arqueológicos.
Existen muchos modos para conocer un territorio, pero en una casa rural se vive más plenamente, en una manera más auténtica, sin ninguna otra ornamentación que los aromas, sabores y tradiciones del lugar. Las numerosascasas rurales de la provincia de Teramoserán capaces de transformar su estancia en una verdadera experiencia de conocimiento, incluso a través de la degustación de platos típicos locales, desde el cardone in brodo (sopa con albóndigas de carne y cardo) hasta los exquisitos pastelitos denominados bocconotti, el caballo de batalla de una cocina que antiguamente se llamaba “pobre” y que hoy en día es sinónimo de excelencia y de calidad.
¿Sabía que…?
Los Laboratorios Nacionales del Gran Sasso (LNGS) son laboratorios de investigación dedicados al estudio de la física de las partículas. Son los laboratorios más grandes subterráneos del mundo y se encuentran a 1.400 m por debajo de la cima del macizo del Gran Sasso, cerca del túnel del Gran Sasso de la Autopista A24 Teramo - L’Aquila - Roma. Fueron creados por deseo del científico Antonino Zichichi, iniciándose su construcción en 1982, junto al túnel de la autopista del Gran Sasso. En ellos están ubicadas las oficinas de los distintos grupos que se ocupan de los experimentos, una biblioteca y varias salas para conferencias que muy a menudo se utilizan como sede de asambleas donde se discuten temas científicos de relevancia internacional.